Invitados a vivir

Reenfocar nuestras vidas en el amor,
la energía universal

La misión de Invitación a la Vida (IVI) consiste en:

Acoger, escuchar y proponer la armonización que apacigua y revitaliza el alma y el cuerpo, en sus distintos centros en el mundo

Acompañar a las personas que lo deseen en un camino de oraciones y de transformación

Volver a descubrir la diversidad y la belleza de la Tierra a través de unas peregrinaciones que nos incitan a actuar para salvaguardarla.

Yvonne Trubert
Descubre a Yvonne Trubert, la fundadora de Invitación a la vida

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Paroles d'Yvonne Trubert

El amor, es el alma. Es esa energía aún prácticamente desconocida por el hombre que le hará superior a todo lo que vive aquí en la tierra. Este alma, es ese amor, es esa posibilidad de acción y de interacción entre los hombres. Es esta pulsión que nos va a dar en cada momento la posibilidad de sublimarnos, de superarnos... Pensáis estar limitados ¿verdad? Pues no, no lo estáis. ¡Ningún ser humano tiene límites! Es ilimitado pues está hecho a la imagen de Dios, su Creador.

Aprender a vivir, es aprender que el otro, que es igual a nosotros y que, sin embargo, es tan diferente, en las apariencias, en el aspecto, en el color de la piel, en nuestros lenguajes diferentes, es idéntico a nosotros mismos. Esta fuerza interior que es la misma en cada uno de nosotros, es de esencia divina. Es esta parcela extraordinaria que está dentro de cada uno de nosotros y que debemos aprender a descubrir en lo más profundo de nosotros…

Nuestro medio de comunicar con los demás que se encuentran lejos, más allá de los mares, a cientos de kilómetros de nosotros, o con los que tenemos muy cerca, pero cuyo lenguaje ignoramos, y con los cuales la comunicación es imposible, sencillamente porque no pensamos lo mismo, no hablamos el mismo idioma, no comprendemos las mismas cosas, ni los mismos efectos y no tenemos la misma filosofía, es la oración, la oración es un punto de conexión, un punto de unión, de reunión de los hombres unos con otros. Es la posibilidad de comunicar más allá de todo.

Si el niño sólo llega después de nueve meses de presencia, es que todo ese tiempo es necesario para su perfección. Y si nos impacientamos por otros hechos de nuestras vidas, por la realización de nuestro trabajo, de nuestra profesión, de nuestra vida amorosa o afectiva, es que necesitamos un tiempo para alcanzar nuestra madurez y también la madurez del otro. Perseverar, es superar el límite del horizonte, de nuestro horizonte.

La humanidad viviría tan bien si supiéramos perdonar a los demás.... ¿Como queréis que no haya guerra o revolución cuando en las familias, llegamos a odiarnos? Cuando en nuestras propias familias, no hay forma de entenderse... Somos unos extraños unos con otros por no haber sabido amar totalmente. Hay que aceptar este perdón como la primera fase de nuestra libertad. Mientras no perdonamos, son unas cadenas en el invisible las que nos unen al otro, porque no le dejáis libre y ese otro también os ha encadenado. Es por ello que hay que despejarse y liberarse! Acaso no dijo Cristo: "Yo vine a liberaros"?

Témoignages

La transformación es permanente, y de pronto llega una fase en que se empieza a ver todo más claro y es cuando hemos desbrozado lo esencial de nuestros problemas; hay que tomar el bastón de peregrino, ir hacia delante, con rectitud, y abandonar las zonas de introspección que ya van careciendo de importancia… Entonces es cuando se revela el sentido de las palabras de Cristo "Toma tu vida y sígueme".

David

Siempre estuve ardientemente buscando, sin éxito, una explicación a la vida, al mundo… Y la encontré en las palabras de Yvonne Trubert, fundadora de Invitación a la Vida. Su mensaje alumbró las zonas oscuras soterradas en lo más profundo de mi ser. Sentí la evidencia de la presencia de Dios, la continuidad del amor humano al amor divino que puede expresarse en cada instante a través de los pequeños momentos de la vida cotidiana… Dios es discreto, presente en el silencio, en las grandes como en las pequeñas cosas. Encontré la unidad, la coherencia con mi mundo interior y la estabilidad, por instantes, de una paz indescriptible.

Peter

Lo que más me ha marcado en mis primeras experiencias con Invitación a la Vida, es el bienestar y el apaciguamiento que iba sintiendo. Desde hacía años padecía espasmofilia y unas aterradoras crisis de angustia. Progresivamente todos estos dolorosos síntomas se fueron desvaneciendo. Este camino me ayudó a desmontar el mecanismo ilusorio del miedo.

Marc

En Invitación a la Vida he descubierto que los demás me aman: te lo dicen. En general la mayoría de la gente, incluso si te aman, no te lo dicen. En Invitación a la Vida, incluso si no te aman, hacen un esfuerzo para amarte! No siempre es fácil. Primero hay que amarse a sí mismo para amar a los demás.

François

Un aspecto esencial de lo que IVI ha aportado en mi vida de familia, es sin lugar a dudas la mirada de la esperanza: vivimos en un mundo difícil pero consigo instalar en mí e intento infundir a mis hijos que todo es posible, que este mundo no se les cierra, el paro no es una cosa ineluctable… Cada uno puede encontrar su lugar y su vía siempre y cuando tenga precisamente un espíritu de esperanza. Es cierto que hay que pelear…

Juliette

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